Sin duda, "Jane Eyre" es una historia de amor en todas sus vertientes, incluso me atrevería a decir que incluye el amor propio que poco a poco se va desarrollando en la protagonista y que comentaré más adelante. Como ya mencioné en la entrada anterior, debido al gran crecimiento que experimenta Jane Eyre, creía necesario analizar las diferentes etapas de su vida. En esta ocasión, me adentraré en la vida de Jane fuera de la escuela: su estancia en Thornfield y Morton. Antes de iniciar el comentario, y al igual que hice en la entrada anterior, me gustaría añadir unas palabras sobre el contexto histórico y social de la época debido a que es muy influyente en la obra.
"Decir que los seres humanos se contentan con la tranquilidad es absurdo; en
sus vidas necesitan acción, y si no la encuentran, se la inventan."
- ESTANCIA EN THORNFIELD
Paralelamente a esta trama, que resolveré algo más adelante, Jane comienza a sentir algo hacia Rochester. A pesar de que es evidente que Jane está enamorada de Rochester, es capaz de vivir con ello en secreto e intentar que sus emociones pasen desapercibidas. Sin embargo, con la llegada de Blanche Ingram, futura esposa de Rochester, el enamoramiento de Jane se convierte en celos que dejan entrever una nueva faceta de la protagonista. Me ha gustado mucho descubrir a una Jane Eyre recomida por los celos, los cuales son normales, pero que considero que tornaban a enfermizos. Si bien es cierto que no era capaz de imaginarme a esta protagonista enamorada, y mucho menos celosa debido a su racionalidad constante, me ha encantado descubrirla y ver cómo ve el amor una persona tan racional. Sin embargo, no me ha terminado de convencer el posterior desarrollo de la relación amorosa entre Rochester y Jane, me ha resultado algo forzosa por parte del primero además de desesperada. Si bien en cierto que estoy enamorada del amor, reniego del amor desesperado, pues no solo me parece tóxico sino también insano. Me gustaría destacar la actitud de Jane tras la proposición de matrimonio de Rochester. La protagonista se muestra reacia a cualquier tipo de regalo, apelando a que no por casarse con un hombre de alta cuna va a comenzar a querer caprichos caros. Asimismo, Jane establece cierta igualdad entre ella y el señor Rochester, proposición que me parece de lo más adelantada para una mujer de su época y que me ha gustado enormemente.
"Todo el mundo sabe que los prejuicios se aferran más a las personas que no han sido suavizadas por el abono de la educación: crecen en ellas, firmes como la mala hierba entre las piedras"
La acción en Thornfield es lenta, pero esto no impide disfrutar y enganchar al lector. No obstante, los últimos capítulos de esta etapa de su vida adquieren un ritmo trepidante. La noche de antes de la boda, una mujer entra en su habitación y deja su vestido de novia hecho girones. Jane no tiene muy claro lo que sucede y, de nuevo, remite a la idea de la existencia de un fantasma, reflexión de lo más interesante. El día de la boda, Mason objeta que no se pueden casar porque, para sorpresa de Jane, el señor Rochester está ya casado con una mujer llamada Bertha Mason, mujer encerrada en el tercer piso y causante de todos los sucesos extraños y misteriosos que tuvieron lugar desde la llegada de Jane.Aquella mujer enloqueció y su marido se vio obligado a encerrarla. Estoy muy de acuerdo con la visión de Jane acerca de la escasa visión ética del señor Rochester para hacerlo, desde luego, Jane es una mujer que con cada escena muestra una gran madurez y valentía en sus pensamientos. La escena es de lo más dramática, sobre todo por parte del señor Rochester, quien adquiere un papel de víctima cuando Jane está dispuesta a abandonarle tras semejante descubrimiento. Desde mi punto de vista, la actitud de Rochester es de lo más egoísta. Sin duda, ha sido el giro más trepidante y sorprendente de la novela.
"Me preguntaba por qué los moralistas claman que este mundo es salvaje y despiadado cuando ante mis ojos florecía como una rosa"
- PERMANENCIA EN MORTON
El señor John le propone a Jane que la acompañe a Asia y que lo haga como su mujer. Me ha parecido una proposición un tanto descabellada, no obstante me gusta mucho la fuerza que le aporta a este episodio de la vida de la joven.
De nuevo, vuelven a aparecer elementos fantasmagóricos y relacionados con lo sobrenatural cuando Jane escucha una voz que la llama, decidiendo así ir a reencontrarse con el señor Rochester. Una vez allí, descubre que Thornsfield Hall fue quemado por Bertha Mason y que Mr Rochester ha perdido la vista y un brazo. Jane, movida por sus sentimientos aún existentes hacia el señor Rochester, le ofrece ser su enfermera con el objetivo de casarse con él.
Si bien es cierto que esta última parte es muy breve y, a mi juicio, rompe con la verosimilitud que arrastraba la obra desde su inicio, me ha parecido interesante. Quizá hayan sido los capítulos que menos me han gustado. Sin embargo, no me he quedado con un mal sabor de boca, pues el último capítulo, en el que Jane narra qué ha sido de su vida, me ha endulzado por completo.
Finalmente, comentar que "Jane Eyre" se ha convertido en una de mis novelas preferidas, especialmente por la fuerza de su protagonista, a quien considero una mujer completamente adelantada a su tiempo y una gran referente del feminismo existente hoy en día. Continuamente remite a su libertad e independencia de un hombre, lo cual no era nada habitual en la época. Otro elemento muy característico y que me gustaría destacar es la educación, presente en toda la historia. No hace falta recalcar que dicha educación eleva el status social de una persona y es una herramienta disponible, precisamente, para aquellos con ciertos lujos. La educación ayuda a la creación de un punto de vista propio que no se deja influenciar por el resto, y sin duda, Jane Eyre es un claro de este efecto que crea el conocimiento. No cabe duda de que "Jane Eyre" transmite unos valores necesarios, incluso, en la sociedad actual.
"Yo no soy ningún pájaro, ni estoy atrapada en red alguna. Soy un ser humano libre, con voluntad propia, que ahora quiere apartarse de usted."
En conclusión, Charlotte Brontë escribe una historia que tiene sus raíces en una protagonista con un carácter fuerte, independiente y que lucha por su libertad. No cabe duda de que es una novela que hace florecer el alma de quienes la leen.
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