Carpe Diem, tópico literario usado por los autores renacentistas, e incluso anteriores, hasta en anuncios televisivos con los que nos topamos hoy en día. Sin duda, no merece menos pues su objetivo es llenarnos de ganas de vivir y de aprovechar hasta aquellos minutos que parece que sobran en el reloj. La necesidad de recordarnos continuamente que debemos centrarnos en el presente y vivirlo sin necesidad de angustiarnos por lo que nos pueda deparar el futuro, es algo que ha acompañado al ser humano desde que tiene conciencia y cuya forma de verlo y expresarlo ha cambiado a lo largo del tiempo. Garcilaso de la Vega, al igual que sus contemporáneos, decidieron que la mejor forma de transmitirlo era a través de la poesía, siendo esta la forma más bella y compleja de hacerlo.
En tanto que de rosa y azucena
Se muestra la color en vuestro gesto,
Y que vuestro mirar ardiente, honesto,
Enciende el corazón y lo refrena;
Y en tanto que el cabello, que en la vena
Del oro se escogió, con vuelo presto,
Por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
El viento mueve, esparce y desordena;
Coged de vuestra alegre primavera
El dulce fruto, antes que el tiempo airado
Cubra de nieve la hermosa cumbre.
Marchitará la rosa el viento helado,
Todo lo mudará la edad ligera,
Por no hacer mudanza en su costumbre.
Tasso, autor italiano, escribirá un soneto titulado Gli Amori muy similar al soneto XXIII de Garcilaso y que se analizará a continuación de forma más detenida.
GLI AMORI
Mientras que el oro con hermoso yerro
Ondea aldreded0r de vuestra frente
Mientras que primavera con ardiente
Color y bello vuestra cara exorna,
Mientras que el cielo ofrece un día más
claro,
Coged la bella flor, oh jovencitas,
De vuestra dulce edad, y con Amor
Quedaos a menudo en compañía.
Suele el invierto con su blanca nieve
Vestir oteros y cubrir la rosa
Y el campo convertir árido y triste.
Coged, necias, la flor rápidamente,
Huidizas son las horas, leve el tiempo,
Cada cosa veloz a su fin corre
Tasso
En primer lugar, las dos composiciones tratan el mismo tema: aprovecho de la juventud antes de que llegue la vejez. Asimismo, la estructura de ambos poemas es similar, de tal forma que los autores emplean los cuartetos para describir a la muchacha, y los tercetos para advertirle sobre la fugacidad del tiempo. Aparecen una gran cantidad de términos parecidos o incluso idénticos, destacando a mi parecer , las expresiones con las que se introducen los cuartetos: "en tanto que" en el caso de Garcilaso, y "mientras" en el de Tasso; ambas utilizadas de tal forma que indican que la realidad actual va a desvanecerse en algún momento. En los dos poemas se hace una descripción de la joven bastante centrada en el cabello, en sendos sonetos se utiliza el término "oro" para describirlo, indicando así que es de un rubio tan perfecto que es casi idílico (descriptio puellae) y, además, ambos especifican que se encuentra en movimiento, reflejando la vitalidad de las jóvenes. En relación con el pelo, también utilizan la nieve para indicar que, en algún momento, el cabello rubio pasará a ser canoso, siendo este un signo de envejecimiento. Algo que me ha llamado especialmente la atención, es la referencia continua a las flores, concretamente a la rosa, que aparece en ambos poemas. Si bien es cierto que Garcilaso la utiliza para referirse a la parte de la juventud más vinculada al deseo y locura y compararla con la serenidad e inocencia propia también de dicha juventud;B B el empleo de la rosa por parte de Tasso podría ser bastante similar al de Garcilaso ya que ambos indican que esa flor se marchitará en algún momento.
Sin embargo, considero que los poetas tienen una forma distinta de concebir el carpe diem. Mientras que Garcilaso es más melancólico e intenta aconsejar tanto a la joven como al lector, Tasso trata el paso del tiempo y la necesidad de aprovecharlo de una forma más desesperada. A pesar de poseer similitudes en cuanto a contenido y elementos, el tratamiento tan distinto del tema central es lo que hace a cada soneto único.
El otro poema con el que encontramos similitudes con el soneto XXIII de Garcilaso, es el soneto V de Bembo.
V
Cabello de oro y ámbar terso y puro
que al viento sobre nieve flota y vuela,
ojos dulces y más que el sol brillantes,
que vuelven noche oscura en claro día,
risa, que aquieta cada dura pena,
rubíes y perlas, donde las palabras
salten tan dulces que el alma colman,
mano ebúrnea que el corazón arroba,
voz, que parece armonía divina,
juicio discreto en una edad tan tierna,
belleza nunca vista entre nosotros,
juntas gran honradez y hermosura,
anzuelo fueron de mi fuego y, en vos,
gracias, que el cielo a pocas suele dar.
Bembo.
Bembo y Garcilaso describen a una amada, ambos idealizada (descriptio puellae), en la que destacan elementos como el cabello, rubio en ambos casos, simbolizando la perfección y siguiendo el canon de belleza femenina; y que en algún momento estará cubierto de nieve, es decir, será canoso y, por lo tanto, la muchacha de la que hablan habrá envejecido. Una gran diferencia existente entre los poemas es que la mujer que retrata Bembo tiene vida, es algo más que un físico idealizado; el autor habla de su voz y de su risa, elementos sensoriales. Es cierto que ambos sonetos tienen como trasfondo el carpe diem, sin embargo, Garcilaso lo trata de una forma mucho más explícita, centrándose especialmente en él, mientras que Bembo lo traspasa a un segundo plano.
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